¿Sabe cuánto vale que ella cuide a sus hijos? ¿Sabía que las mujeres le ahorran al país casi $186 billones de pesos por la atención y cuidado de niños y adultos mayores o personas con discapacidad?

Ellas llevan sobre sus hombros la mayor carga. De las casi 37 millones de horas anuales que se requieren para cuidar a los menores de edad, a los ancianos y a las personas con discapacidad en las familias colombianas, las mujeres dedican el 78,4%, mientras que los hombres solo lo hacen el 21,6% restante.
 
Aunque las mujeres no reciben un pago por esta labor, la atención que ellas brindan a sus familiares que necesitan cuidados en sus hogares cuesta alrededor de $185,7 billones; esto es casi el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país1.
 

Las mujeres son las mayores responsables de la supervivencia diaria de miles de colombianos, al tiempo que le ahorran al país una cifra superior a la que mueve el comercio ($162,5 billones), la administración pública, defensa, educación y salud ($135,4 billones) y las industrias manufactureras ($110,4 billones).

En España, esta misma labor de las mujeres es de casi 50 millones de horas diarias. Ellas dedican al cuidado no remunerado, cuatro horas y media al día, esto es dos horas más que los hombres. Al cuantificar este tiempo a precio de mercado, el trabajo de cuidado en casa que ellas realizan equivale a 100.000 millones de euros al año, lo que es el 8,9% del PIB de España en 2017.

Las dos horas de trabajo extra en el hogar y en el cuidado de niños, ancianos y enfermos también aportarían a las administraciones públicas, entre impuestos y cotizaciones sociales, 39.659 millones de euros.
 
 
Cuidado: Virtud impuesta a la mujer
 
La idea de que el trabajo que vale es el que produce bienes con valor de cambio en el mercado, generalmente hecho por hombres, ha puesto en segunda categoría el trabajo de cuidado no remunerado que hacen las mujeres.
Las creencias tradicionales de que ellas son “cuidadoras” por naturaleza y que esta es una habilidad que “viene con ellas”, por el solo hecho de ser mujeres, también ha llevado a que se les recargue todo el peso de la atención a los familiares en el hogar.

El cuidado ha sido una tarea impuesta a las mujeres por generaciones. Pero esto puede cambiar. Los cuidados no pueden ser exclusivos de las mujeres y deben también ser, por ley, responsabilidad del Estado. En los hogares, hombres y mujeres deben ser corresponsables del cuidado de los niños y personas adultas. Un papá, un hijo, un hermano que cuide a los abuelos en casa hacen que la equidad funcione.
 
 1 Cifra proyectada en la cuenta satélite de economía del cuidado del Dane, 2018. 

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